La Maternidad no reconocida

Hoy te quiero contar una historia muy personal y que -debo reconocer- me da nervios dejar en manos del océano de internet.

Sin embargo, recuerdo mi propósito de ser una red de apoyo y de acompañarte de alguna forma en el proceso de mapaternidad, y siento que esto te puede servir a ti o a alguien que tienes más cercano de lo que crees.

Antes de tener a Santi, por casi 5 años fui una mujer que acompañaba el proceso de paternidad de mi (ahora) marido, es decir LA MADRASTRA 🤭

 

 

 Confieso que en esa época sentía que el día de las madres era el momento para saludar solamente a las mujeres que tenían un hij@ nacido de sus entrañas o adoptado 😏.

 

 Porque seamos honestas, el rol de una mujer dentro de una familia reconstituida es complicado, nos sentimos pisando huevos y llenas de cuestionamientos.

 

 Recuerdo que mi mamá me dijo una vez: “¿Estás segura que quieres involucrarte con una persona que tiene una historia de vida que lo acompañará para siempre?” 😳, y me di cuenta que la respuesta no era “es lo que me tocó”, sino que “esto es lo que quiero” 🥰.

 

El filtro para tomar una decisión pasaba por mi bienestar, a pesar de que odiaba la palabra madrastra y no sabía cómo me iban a ver los niños, cuáles eran los límites dentro de los que me podría mover libremente sin pasar a llevar los lineamientos de sus mapadres, cómo se iba a escribir el futuro de esta familia en donde a ratos éramos 4 y a ratos solo 2, y así miles de preguntas.

 

 

Sí, odiaba la palabra “madrastra”🧟‍♀️, por eso desde un inicio le dije a los niños que me dijeran Cata 😬. Cuando el resto me preguntaban si eran mis hijos, yo les decía “son mis niñ@s prestados” 💝.

Si no sabía cuáles eran los límites, los conversamos con Rodrigo antes y les dejamos clarísimo a los niños que su mamá es su mamá, que papá es papá, y que Cata es una compañera de rutas con quién podían contar y en quién se podían apoyar, pero siempre, siempre, mamá 👩🏻 y papá 👨🏻estaban primero. 

 

 

Y me di cuenta que el futuro era una pizarra en blanco y que CON ellos mismos lo estábamos escribiendo 🖌 Finalmente, estaba aprendiendo a ser madre.

Estaba aprendiendo a tener esa capacidad de abrir el corazón 💖 y entregarlo a niñ@s que no eran míos (no por no haberlos parido, sino porque nuestros hij@s son seres que no son nuestra propiedad, sino que le pertenecen al mundo y a ell@s mism@s 👧🏽👦🏻).

 

  • A defenderlos y sacar la personalidad que hasta ese momento no tenía, con tal de que se sintieran protegidos.
  • A ceder en aspectos que antes hubiera encontrado relevantes y ahora pasan a ser secundarios frente al bienestar familiar.
  • A aprender a hablar sobre “el elefante 🐘 blanco que está en la sala”, y comunicar las cosas de manera explícita y desde el amor.
  • A vencer mis luchas internas y sacar la mejor versión de mí, con tal de que puedan tener la oportunidad de ver diferentes ejemplos de vida.
  • A celebrar y agradecer el día a día ☀️

 

Sí, las madrastras también deberíamos sentirnos orgullosas de lo que estamos aportando en el camino de los niñ@s y acompañamiento de los padres, celebrar el día de la madre y darnos ese auto-abrazo que tanto necesitamos y nos merecemos.


si formas parte de una familia reconstituída y tienes “niñ@s prestados” te dejo 4 consejos que me enseñaron a ser madre: 

  1. NO les digas a los niñ@s que eres su mamá

    (ni siquiera en el tiempo en que están contigo). Si tienen una mamá presente (y aunque no la tengan) respeta ese rol, ese nombre y esa responsabilidad. Tú puedes ser un acompañante, apoyo, guía, o una compañera de vida ✈️ que en el camino va a ir haciéndose su propio espacio. Con el tiempo, todo cobrará sentido ✨y verás los resultados.

 

  1. Apoya a tu pareja en el proceso de paternidad.

    Acompáñalo en este camino que si nosotras mismas, como mujeres con instinto, a veces sentimos que es solitario, imagínate ellos! 🙈. Permítele conectar con su infancia y aprovechen de conocer más a fondo el pasado de cada uno que es la base para sanar y entender cómo somos en la actualidad y así escribir un mejor futuro.

 

  1. JAMÁS sientas que debes competir por el amor de tu pareja.

    El amor de pareja y el amor de mapadre son diferentes y paralelos. Si ves que tu pareja prioriza estar con sus hij@s, quédate tranquila porque es un gran hombre. Busquen la forma de tener puntos de encuentro y mantener la balanza ⚖️ nivelada. Cuesta, pero el amor siempre gana.

 

  1. Por último, reconoce tu valor 💎

Eres una mujer valiente, eres generosa y comprensiva, eres un pilar mucho más importante de lo que crees imaginar.

 

Gracias Lucas y Agu 🥰 por mostrarme lo más bello que he podido desarrollar, la maternidad desde todos sus puntos de vista posibles.

Y tú, «madrastra o padrastro» ¿te has dado cuenta del tremendo regalo que la vida te está regalando hoy?

Te leo!

Un abrazo grande,

Cata

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